viernes, 11 de enero de 2013

Deportivo Táchira: un sentimiento nacional



Por Homero Duarte Corona  / Diario La Nación 
El Deportivo Táchira es un sentimiento nacional. Aquí, allá y más allá se respira aurinegro; en cualquier rincón de la geografía patria existe un “doliente” del “Magallanes del fútbol” venezolano, gente que siente, vive y padece por los colores amarillo y negro del siete veces campeón del balompié rentado.
Sin tener los años de los grandes equipos o clubes ya añejos en el acontecer del fútbol de América y el mundo, no obstante el aurinegro se convirtió en un “maná”, el alimento del más común de quienes viven en este pedazo de tierra donde comienza y termina la patria.
Y esa pasión se ha extendido a todos los confines de la geografía nacional, de nacidos en el Táchira que viven en otros lares, pero igual, mantienen el amor hacia la camiseta amarilla y negra; una llama, que al igual que la novia amada, se mantiene por siempre.
Sin embargo, no es aficionado, o quiere al equipo, al jugador o a los jugadores, solamente cuando los resultados son favorables, en el momento que se gana o se empata; también se debe respaldar a la institución en los instantes difíciles, en los segundos, minutos, horas y por lo que vive en la actualidad el amarillo y negro, meses de mengua.
Por el hecho de ser campeones, de obtener una estrella, de dar una vuelta olímpica con el Deportivo Táchira, se está ante el “mejor equipo del mundo”- que los más acérrimos y recalcitrantes hinchas se lo creen-, para días más tarde, cuando el equipo no anda bien o simplemente no se le dan los resultados, es lo peor del universo, algo así como una piltrafa humana.
Una metamorfosis que le está haciendo mucho daño no sólo al Deportivo Táchira, sino al fútbol profesional de la región, igual a esos aficionados que con sus familias asisten o asistían, porque ya no lo hacen, para pasar un par de horas de esparcimiento.
El fútbol es pasión… no fanatismo y vandalismo

Se ha llegado a los extremos, por una parte hinchas con mente enfermiza, pensar que el equipo es imbatible, que debe ganar por encima de lo que sea, no importa el rival; y por el otro, algunos comunicadores sociales convertidos en “directores técnicos”, quienes “quitan y ponen jugadores” en el momento de integrar el once abridor para un partido del aurinegro, de local o de visitante.
Cuánta equivocación junta, porque si bien es cierto el Deportivo Táchira de ahora se encuentra en horas grises, no se puede avalar que se lance a la hoguera a jugadores, cuerpo técnico y dirigentes; quienes eran unos fenómenos en los momentos de euforia, ahora están hechos unos autistas, como sino sintieran y padecieran como cualquier ser humano.
Casos emblemáticos de jugadores queridos y amados en el pasado reciente, verdaderos ídolos; ahora simplemente los ven como rezagos del fútbol, como del montón, sencillamente por un error cometido en el campo de juego o simplemente porque entró en un “bajón”.
Los ejemplos sobran, están a la vista de todo el mundo, de verdaderos aficionados, seguidores o defensores de su divisa a ultranza, que asisten al estadio ande o no ande bien su equipo, bien sea en Venezuela, España, Italia y en fin no importa en qué confín del globo terráqueo.
¿Acaso el Deportivo Táchira es imbatible…?

Ni el Real Madrid, tampoco el Barcelona; el Boca Juniors, el Fluminense o cualquier otro equipo en el mundo, por mucho palmarés que tenga; así como gana, también puede empatar o perder, no existe la imbatibilidad en ningún deporte, ya sea en lo individual o de conjunto.
Está bien, no es el Deportivo Táchira un equipo imbatible, pero tampoco puede estar ganando todo el tiempo, no perdonarle el más mínimo desliz, que es precisamente la situación que vive el aurinegro en la actualidad.
Que molesta al aficionado la mala racha deportiva que vive el Táchira desde la temporada pasada…?, es verdad. Que existen errores, detalles con los cuales no se puede comulgar…también es cierto; sin embargo, también es bueno analizar y sopesar con cabeza fría en dónde está el verdadero meollo del asunto.
Ir al estadio con la predisposición, dispuesto a “armar la grande” de entrada si el once anfitrión no sale ganador después de los 90 minutos de juego, al concluir el cotejo, es propio de gente sin razón, de ser o seres irracionales; y precisamente eso es lo que en ocasiones… que se hizo repetitivo, promueven grupos minúsculos de vándalos.
Un comportamiento de esta naturaleza, no de los aficionados, sino de pequeños grupos de desadaptados ha traído consigo la ausencia de muchas personas del estadio Pueblo Nuevo; a lo que hay que agregarle el poco espectáculo del Deportivo Táchira, malos resultados, trayendo consigo la ausencia en las tribunas de la fanaticada.
Un acto de contrición, de mea culpa, cada quien haciendo su propia reflexión, donde “he pecado”, un perdón, un armisticio con la divisa y empezar un “noviazgo” de nuevo con el equipo de sus amores, aceptando sus defectos y virtudes, pues en fin de cuentas es el único Deportivo Táchira con que se cuenta…






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