Fotografía: Cortesía de Luis Maldonado / Gradadigital
Por Miguel Vallenilla
Las acciones tuvieron sus consecuencias. El Carabobo FC ha bajado a segunda división tras caer ante el CD Lara en el Estadio Metropolitano de Cabudare. Los “granates” que cayeron (2-0) ante los larenses, no aprovecharon la derrota de Estudiantes de Mérida en Barinas.
En la pelea por la salvación, Estudiantes de Mérida cayó en Barinas ante Zamora, y al Carabobo le servía el empate para salvarse del descenso. Lamentablemente para los “granates”, no supieron revertir el marcador, y cayeron ante los campeones de la Primera División.
Curiosamente el hecho puede ser una lección, tanto para la directiva del Carabobo, que año tras año, a pesar de su mejor esfuerzo, no consiguieron cumplir los objetivos deportivos tras falta de organización para el mismo. Lo más resaltante, y que debe quedar para el futuro, es que fueron los actos de la afición “granate” lo que mandó al Carabobo FC a Segunda División.
En Noviembre por el torneo Apertura, Aragua y Carabobo se enfrentaron en el Misael Delgado de Valencia, encuentro que no pudo concluir, producto de la invasión de algunos aficionados del Carabobo, al campo de juego. Era un empate, y cuando transcurrían el minuto 83, fue cancelado el partido.
Los efectivos policiales eran pocos, y aquellos aficionados que se lanzaron al campo, no sabrían que a la postre sus acciones perjudicarían a su propio equipo. La FVF sancionaría al Carabobo FC con un punto menos, dicho punto que hubiese servido al conjunto de Valencia para la salvación en la tabla acumulada, pues hubiese quedado por encima de Estudiantes de Mérida, incluso con la derrota de hoy.
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