Trabajo y lucha en equipo fue la clave para que Venezuela lograra su tercer lauro en la historia del fútbol criollo en los Juegos Centroamericanos del Caribe.
De a poco, el fútbol vinotinto va conquistando hazañas. Primero fue La Habana, en 1982, luego Maracaibo, en 1998, y ahora Mérida, aunque esta vez fueron las heroínas quienes sacaron la cara para que Venezuela subiera a lo más alto en los CAC.
“Las muchachas demostraron ganas de hacer las cosas bien, fue un compromiso con el fútbol venezolano y con el país, ganar esta medalla de manera histórica”, expresó Kenneth Zseremeta, el técnico que llevó al combinado patrio a colgarse el oro, el pasado domingo, en la justa regional tras sumar cuatro victorias y un empate.
Lisbeth Bandres, la capitana de la escuadra nacional resaltó la dificultad durante los cinco duelos que se disputaron en el estadio Metropolitano de Mérida.
“Fue duro, fueron rivales complicados, pero se logró lo que se buscaba que era la medalla de oro para Venezuela”, manifestó la mediocampista del Caracas FC.
El técnico Manuel Plasencia —quien se encargó de darle al país el primer título en su haber, en los Centroamericanos de 1982— alabó el desempeño de la selección femenina en Mérida. “Es realmente agradable cuando nos quitan a los hombres el protagonismo en el fútbol y más aún con la inmensa alegría que nos dieron estas muchachas”.
El estratega no guardó elogios para Zseremeta: “No lo conozco, pero su trabajo se ve en la cancha”.
Lino Alonso, director técnico y de desarrollo de la Federación Venezolana de Fútbol, y quien llevó a Venezuela al triunfo en 1998 en Maracaibo, habló del trabajo que se realizó con las muchachas.
“Estas muchachas escribieron las primeras páginas del fútbol femenino venezolano. Lo que vimos es el resultado de un trabajo que hemos hecho desde hace tiempo”, expresó Alonso, quien fungió como asistente técnico de Zseremeta.
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