Carlos Domingues –
@CDominguesP
En el afán de establecer como
paradigma los procesos técnicos que surgen de las bases institucionales de los equipos
(léase, el tan mentado modelo barcelonista
de Guardiola), válidamente argumentado con los logros
deportivos alcanzados, surge un cisma mundial que asume la continuidad como
garantía de éxitos. Se aprecia en la mano que se le da a Tito Vilanova en el propio Barcelona, o a Mauricio
Pellegrino, próximo técnico del Valencia, que trabajó dos años
en el segundo equipo ché.
Mientras, desde Caracas, la
directiva de Táchira revela que baraja el nombre de seis técnicos extranjeros para
hacerse cargo del equipo. Sin pudor, hace tiempo atrás, admitió que en el aurinegro los
procesos a largo plazo no son acogidos y que un ofertante de títulos inmediato interesa más que un DT que lleve
bajo su brazo un libraco de 200 páginas en el que se exponga un “proyecto”.
El currículo que pocos conocen
Y aquí entra en escena Manolo
Contreras. Tipo noble y bonachón que anda en moto, un hombre querido por todo el estado Táchira.
Sin ser esos requisitos necesarios para hacerse cargo de una
gigante (y monstruosa) entidad, tiene un CV que muchos desconocen y que, entorno tachirense mediante, lo hace ser
un candidato interesante que pueda encarar a los extranjeros que
quizá solo tengan como referencia a las otroras glorias aurinegras alcanzadas en el siglo
pasado.
Fue cofundador del equipo en
1974, ergo, nadie conoce mejor a un hijo engendrado. Bajo sus conceptos e idearios
futbolísticos pasaron nombres como Laureano Jaimes, Jesús Chacón, Andrés Paz,
Anderson Arias, Mauricio Parra, Giovanni
Pérez o Carlos García, por nombrar solo algunos. 15
años dirigiendo en el fútbol universitario, toda una vida observando el talento en las
canchas de Barrio Sucre y Plaza Venezuela.
En varias épocas dirigió las
divisiones inferiores de Deportivo Táchira. En tres etapas se ha hecho cargo del primer equipo
(casualmente, en esas tres fases dirigió contra el archirrival Caracas y nunca perdió). Formó parte del
equipo que representó a Venezuela en la Copa América de 1993, junto a Ratomir Dujkovic
(quizá el torneo en que mejor calificó la Selección antes de 2011).
Trabajó en el Nueva Cádiz de
los Farías, al lado de un formador inigualable como Pedro Guevara. Estuvo al lado del
actual seleccionador en su etapa en
Táchira, era en la que sacó subcampeón a los
sub 20 Marlon Fernández, Daniel Benítez, Laynecker Zafra y compañía. Su
cercanía con el actual cuerpo técnico vinotinto le brinda un plus especial para trabajar adecuado a las
necesidades de la Selección. (Para aquellos que tanto añoran encontrar
otro tachirense seleccionable aparte de Tomás Rincón).
Ya en la primera división, en
El Vigía y Zamora nunca claudicó en su idea de confiar en los más jóvenes. Al “chigüiro”
Arles Flores, bastión del Zamora campeón de “Chuy” Vera, lo descubrió Manolo en un pueblito llamado San
Silvestre. Pero su mejor etapa la cumplió en Aragua, un equipo que
hoy disfruta de una estabilidad
económica y de plantel gracias a su labor encomiable. Tanto, que hasta una
Copa Venezuela ganó el equipo chocolatero.
En su intervención en Copa Sudamericana,
varios equipos del extranjero se
interesaron en algunos efectivos de aquel
humilde equipo. Toda una hazaña.
Su proyecto Manolo Contreras no es el tipo
maleable que todos piensan que es. Quien
crea que no le interesa que le brinden una
oportunidad al frente del primer equipo, está equivocado.
En la etapa en la que asumió
las riendas tras la destitución de “Chuy” Vera, presentó a la directiva un plan de
oxigenación
económica y deportiva, que consistía en sanear
las arcas del club con un recorte en el presupuesto de la plantilla
y jugársela con efectivos de la casa, con los formados en las inferiores, los que verdaderamente sienten
los colores.
Con una Copa Libertadores
encima, la idea de su propuesta era mostrarle al continente valores como Maurice Cova, Ebby Pérez o Wilker
Ángel. La posibilidad de fracaso al confiar en jóvenes para tal
afrenta existía, cierto, pero los resultados de la Libertadores 2012 demostraron
que su idea no era tan descabellada.
Terminó la competición, se fue Gamadiel por
impagos y ningún jugador llamó la atención en Suramérica (sin
certificar el real interés de Corinthians por Chourio). El problema es que la
directiva no lo toma en serio. Quizá la personalidad introvertida de Manolo haya jugado en contra para que él
pueda exigir. La gravedad del fracaso deportivo es evidente y se visualiza como
opción viable el arrancar desde cero, máxime cuando ya se han agotado las
medidas y formas para superar tan preocupante situación.
Para los resultadistas, para
quienes solo quieren títulos, éste DT no es el tipo adecuado. Pero para aquellos que sueñan con ver una
estructura estable, un estilo propio de juego surgido desde las bases
que le permita soñar a futuro, Contreras por lo menos le ofrece eso, un sueño.
Escrito por Carlos Domingues –
@CDominguesP
Fotografía: Deportivo Táchira
Tomado de http://futbolestodo.com
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