miércoles, 16 de noviembre de 2011

Motivos de orgullo sobran



En Pueblo Nuevo se vivió una reconciliación amorosa entre la Vinotinto y la gente


Por Richard Méndez
ESPNdeportes.com


Hubo un divorcio en el Templo de Pueblo Nuevo cuando se jugaba la Eliminatoria para 2010 cuando Venezuela perdía en casa con Brasil, desde ese momento se rompió una relación de años apoyando y alentando sin importar lo dolorosas que fueron las derrotas. Es que para esa época el venezolano se empezaba a acostumbrar a ganar partidos y ya un técnico había decidido renunciar por presión de la tribuna.

Lo de la cuarta fecha de la Eliminatoria lo podemos tomar como la noche de la reconciliación, esa que sólo se puede dar cuando el amor es puro y verdadero, y que ocupó toda la noche en dar obsequios de uno para el otro. Pues como todo gran amor, basta con mirarse en el otro y este martes Pueblo Nuevo se vió en la Vinotinto y el once nacional se veía dibujado en la sonrisa de cada hincha que soportó lluvia por horas con tal de estar ahí.

El primer gran obsequio de esta reconciliación vino desde la grada, pero había comenzado varios días antes en el propio estacionamiento del "Templo" cuando las barras tachirenses hicieron con sus propios medios la bandera más grande que se ha desplegado para un partido de fútbol en Venezuela. La noche anterior al estreno las redes estaban inundadadas de imágenes de la gran bandera que soportaron los hinchas durante todo el himno antes del partido contra Bolivia.

La noche lluviosa guardaba mas detalles y uno que a muchos agradó fue ver al repatraido Fernando Amorebieta cantando el "Gloria al Bravo Pueblo". Pensar que la Grulla creció en España y que Joaquín Caparrós trató de convencerle para que no vieniera a jugar con Venezuela. Ver que él ya no solo defendía y hacía goles como con el que se le ganó a Argentina, también se sabe el himno. Pero la noche traía consigo mas obsequios y empezaron los regates y la repartición de juego de Julio Álvarez, que también lució ante una grada que le gusta el fútbol exquisito que le fue aplaudido una y otra vez.

Fue ensordecedor como se escuchaba el todo el estadio cantándole su serenata a la selección con el "Vamos Venezolanooooo... ". La noche era de entrega pura, era de amor a la camiseta de orgullo y de alegría por encontrarse reunidos en el mismo escenario de aquel penoso rompimiento. Era una noche casi perfecta, al menos hasta ese momento, pues aún faltaban otros momentos que la hicieran soñada.

Tras el servicio de Julio Álvarez, el otrora canterano del Real Madrid puso la pelota ideal a la que siguió el certero frentazo de Vizcarrondo. El gol del "Comegente" infló el arco boliviano e hizo explotar a Pueblo Nuevo que de ahí en adelante no paró de saltar hasta el final de los noventa minutos. Su alegría no opacó su sentido común y defendió mas que nunca la ventaja en compañía de Amorebieta. Este del Vizca era sin duda uno de los mas preciados obsequios de la noche.

Entre obsequios de buen juego dentro de lo que la aporreada hierba permitía y una que otra atajada de Renny, el partido se endurecía, pues la visita no era una pera dulce. Bien Vega que tuvo dos intervenciones importantes y rememorando aquella victoria que se había logrado en el 81 cuando por primera vez se ganaba un partido premundialista y casulamente ante el mismo rival que su padre, Vicente había enfrentado en el Olímpico. Caprichosamente esta vez como la de hace tres décadas se definió también cabeceando un tiro de esquina por un central alto y de cabbellera larga como padrito Acosta.

El orgullo de esta reconciliación con el Templo recorre todo el país viendo que Venezuela estará al menos hasta mitad de 2012 entre las tres primeras de la clasificación de Conmebol al Mundial 2014 y eso es lo que hoy tiene unido como nunca a un país que amaneción de un solo color, Vinotinto por doquier. No hay espacio para divisiones políticas, ni tampoco para que vengan otros a levantar la bandera del triunfalismo, pues todavía no se ha ganado nada. Apenas está empezando esta nueva historia que se escribe y que debemos mantener la mente tranquila y desde ya pensar en el durísimo partido que tendremos en el Centenraio contra Uruguay. Como dice Farías, "hay que estar enfocados en lo nuestro que es ir paso a paso " sin agrandarse para no perder el objetivo de vista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario