La Vinotinto sub-17 cerró su participación en el Suramericano de Argentina como subcampeona, luego de igualar ayer 2-2 con la selección anfitriona y verse en desventaja frente a la albiceleste en la relación de goles a favor y en contra. Con un triple empate bajó el telón de la competición en que los criollos lograron un inédito pase al Mundial de la categoría, a disputarse en Emiratos Árabes en octubre.
Los minutos de arranque mostraron el guión lógico: Argentina trató de adueñarse del balón, con su fútbol de toques rápidos, mientras que Venezuela planteaba un juego completamente vertical, con balones largos buscando a sus delanteros. Las acciones colectivas para la Vinotinto llegaban cuando el balón pasaba por los pies de Francisco La Mantia, el cerebro de la primera línea de volantes.
Fue justamente el merideño quien, al 17, soltó un balón largo y cruzado para Ronaldo Peña, quien caía tirado hacia el costado derecho, y el “7” vinotinto sirvió desde la banda un balón perfecto para que Andrés Ponce, el goleador, hiciera su parte. El zuliano llegó con lo justo para marcar el 1-0 que silenció el estadio Juan Gilberto Funes, que ayer por fin se acercó a un lleno total.
Era el séptimo tanto de Ponce en el torneo y Argentina la sexta selección a la que le marcaba. Solo le escapó Colombia, de las que enfrentó. Además, por segunda vez Peña le ponía un balón de oro para hacer daño en el arco rival. El gol no le llegaba aun a Ronaldo, pero en todos los partidos siempre consiguió como aportar y mostrar su clase.
Venezuela fue campeón por los siguientes tres minutos, pues Argentina al 20 ya puso la paridad y lo hizo al aprovechar el talón de Aquiles de esta Vinotinto juvenil a lo largo del Suramericano: las entregas de balón. Una sucesión de errores en la salida había sido perdonada por la albiceleste, pero en una el “10” sureño, Luis Suárez, se acomodó el balón y con un zurdazo batió al meta criollo Beycker Velázquez, quien a partir de ahí tuvo que volver a ponerse el traje de héroe en un par de ocasiones.
A David Zalzman le costó encontrarse en el partido y su recambio habitual en el hexagonal, Luis Rodríguez, no entró en la lista de Venezuela para el partido por una decisión técnica. El volante tachirense y el defensor Jesús Núñez, también oriundo de esas tierras, eran las dos bajas criollas en el partido que definió al campeón.
Otro con un partido discreto fue Samuel Marquina, quien debutó en la competición justamente ayer, como carrilero derecho, pero salió antes de cumplirse una hora del compromiso y Dudamel le dio ingreso al que ha sido su titular de la posición, José Caraballo.
Las primeras dos modificaciones de Dudamel se dieron temprano en la segunda mitad, pues Argentina salió con todo para inclinar la balanza a su favor. Una jugada en que los locales reclamaron penal y un gol anulado encendieron las alarmas, pero lo peor llegó cuando el zaguero zurdo José Marrufo vio la roja directa, que le arrastrará al menos un partido de sanción en la Copa del Mundo. Poco después llegó el puntazo albiceleste, otra vez la zurda de Suárez la colocó donde Velázquez no podía llegar.
Pese a la inferioridad numérica, Venezuela no tiró la toalla, otra vez mostró tener más físicamente para los minutos finales y, luego que el travesaño evitara el tercero de Argentina, Peña consiguió el premio a su irreverencia, el gol que emparejó el partido y le dio el subcampeonato a la Vinotinto. Lo malo es que que vio la segunda amarilla y también tuvo que dejar la cancha.
Los segundos finales se fueron sin más peligro en las áreas, los argentinos celebraron el título y Venezuela cerró invicta el hexagonal en una histórica participación.
Los minutos de arranque mostraron el guión lógico: Argentina trató de adueñarse del balón, con su fútbol de toques rápidos, mientras que Venezuela planteaba un juego completamente vertical, con balones largos buscando a sus delanteros. Las acciones colectivas para la Vinotinto llegaban cuando el balón pasaba por los pies de Francisco La Mantia, el cerebro de la primera línea de volantes.
Fue justamente el merideño quien, al 17, soltó un balón largo y cruzado para Ronaldo Peña, quien caía tirado hacia el costado derecho, y el “7” vinotinto sirvió desde la banda un balón perfecto para que Andrés Ponce, el goleador, hiciera su parte. El zuliano llegó con lo justo para marcar el 1-0 que silenció el estadio Juan Gilberto Funes, que ayer por fin se acercó a un lleno total.
Era el séptimo tanto de Ponce en el torneo y Argentina la sexta selección a la que le marcaba. Solo le escapó Colombia, de las que enfrentó. Además, por segunda vez Peña le ponía un balón de oro para hacer daño en el arco rival. El gol no le llegaba aun a Ronaldo, pero en todos los partidos siempre consiguió como aportar y mostrar su clase.
Venezuela fue campeón por los siguientes tres minutos, pues Argentina al 20 ya puso la paridad y lo hizo al aprovechar el talón de Aquiles de esta Vinotinto juvenil a lo largo del Suramericano: las entregas de balón. Una sucesión de errores en la salida había sido perdonada por la albiceleste, pero en una el “10” sureño, Luis Suárez, se acomodó el balón y con un zurdazo batió al meta criollo Beycker Velázquez, quien a partir de ahí tuvo que volver a ponerse el traje de héroe en un par de ocasiones.
A David Zalzman le costó encontrarse en el partido y su recambio habitual en el hexagonal, Luis Rodríguez, no entró en la lista de Venezuela para el partido por una decisión técnica. El volante tachirense y el defensor Jesús Núñez, también oriundo de esas tierras, eran las dos bajas criollas en el partido que definió al campeón.
Otro con un partido discreto fue Samuel Marquina, quien debutó en la competición justamente ayer, como carrilero derecho, pero salió antes de cumplirse una hora del compromiso y Dudamel le dio ingreso al que ha sido su titular de la posición, José Caraballo.
Las primeras dos modificaciones de Dudamel se dieron temprano en la segunda mitad, pues Argentina salió con todo para inclinar la balanza a su favor. Una jugada en que los locales reclamaron penal y un gol anulado encendieron las alarmas, pero lo peor llegó cuando el zaguero zurdo José Marrufo vio la roja directa, que le arrastrará al menos un partido de sanción en la Copa del Mundo. Poco después llegó el puntazo albiceleste, otra vez la zurda de Suárez la colocó donde Velázquez no podía llegar.
Pese a la inferioridad numérica, Venezuela no tiró la toalla, otra vez mostró tener más físicamente para los minutos finales y, luego que el travesaño evitara el tercero de Argentina, Peña consiguió el premio a su irreverencia, el gol que emparejó el partido y le dio el subcampeonato a la Vinotinto. Lo malo es que que vio la segunda amarilla y también tuvo que dejar la cancha.
Los segundos finales se fueron sin más peligro en las áreas, los argentinos celebraron el título y Venezuela cerró invicta el hexagonal en una histórica participación.
Tomado de Diario Líder
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